Seis objeciones que los conocedores ponen a Kill la Kill que no son ciertas.

Durante unas semanas traté de pensar en una reseña original para Kill la Kill, algo que se saliera del típico «trata de esto», «los personajes son éstos», «la recomiendo porque…» por la razón de que mañana es la transmisión de su último capítulo en Japón (¿Se acuerda de cómo había que suplicarle al pirata de la colonia para que te vendiera una equis serie?) y ahora gracias al esfuerzo de grupos fansub extremadamente organizados, a héroes que levantan streams de la televisión japonesa y a sitios comerciales que cuentan con el apoyo de los dueños de los derechos de distribución como Crunchyroll y Daisuki (el caso Daisuki es sobresaliente, lo hacen todo bien, menos traducir), la podremos ver mañana casi en directo.

Si desean saber de qué se trata, vean el que se suponía que sería el capítulo de resumen, el cual quedó en resumen de dos minutos porque, como dice el mismo Senketsu, en Kill la Kill todo es intenso.

La cantidad de expectación que causó el estudio formado por el ex sindicato de trabajadores de Gainax con su primera serie original no ha quedado a deber hasta el momento, pero muchos colegas, articulistas, otakus profesionales y otacus les ha dado por decir cosas que no ciertas ni correctas para ningunear el modo en que nos ha emocionado la serie.

Bienvenidos a seis objeciones que los conocedores ponen a Kill la Kill que no son ciertas.

Somos totalmente incomprensibles.
Ryuko Matoi

Es puro fanservice

La cantidad y densidad de fanservice me hace sospechar que no lo veremos en tele abierta acá en México, pero de allí a decir que es puro fanservice es una reverenda mamada.

Hay dos razones por las cuales se dice eso, la primera es lo bastante importante para hablar de ella más adelante, la segunda es que en animes pasados, aquellos que mostraban esa cantidad de fanservice se distinguían por tener cantidades homepáticas de trama y personajes que nada le piden a las talacheras, a las chambeadoras y a las otras niñas que Ejea nos trajo en su género original denominado «pantaletas que hablan».

Pero acá, ocurre que las protagonistas andan en paños casi menores no sólo porque el libreto así lo demanda, sino porque hay una razón de peso en forma de un mensaje no explícito que la gente de Trigger quiso recuperar: la mujer emancipada.

Las primeras generaciones de playmates estuvieron repletas de doctoras, abogadas, profesionistas y hasta científicas, porque ellas mostraban su cuerpo como un acto de desafío al sistema, no para adherirse a él, Kill la Kill, que ya se mencionó por allí, es un homenaje a todo el entretenimiento que generó Japón durante la era Showa, por lo tanto ellos recuperan eso para enriquecer la trama.

Casi todos los personajes femeninos de Kill la Kill son poderosos, tratan de hacer siempre su voluntad, esta línea de Satsuki Kiryuin es muy aleccionadora en ese aspecto.

Si fuese preciso para lograr mis objetivos que mostrase mis pechos, lo haría sin sonrojo o arrepentimiento alguno.

El punto débil de Kill la Kill es la música
Todas las reseñas dicen lo mismo, la música de Kill la Kill es olvidable, sólo efectiva, nada impresionante, perdón pero es qué momento perdieron el camino su corazón, la música de Kill la Kill funciona por sí sola y si no fuera por ella el ritmo no luciría tanto.

Aquí un ejemplo de lo que es capaz de hacer.

 

Aquí tenemos otro.

 

 

Y otro más.

 

Yo tengo el OST y lo oigo camino al trabajo, no me salgan con cosas que no son.

Sí me parece que en general Kill la Kill es una serie bastante redonda, el punto flaco que le achaco es en el desarrollo de los personajes, pues ignoramos mucho de ellos y sus motivaciones, y eso ocurrió por darle prioridad a la intensidad de la serie, que por cierto en ese sentido no tenemos queja, es como si hubieran comprimido toda la acción de Dragon Ball Z en 23 capítulos.

 

Kill la Kill es poco original
El que esté sobre hombros de gigantes no la vuelve poco original. Todo el concepto de ropa-viva-que-se-alimenta-de-sangre-para-vivir-y-es-un-arma es único a pesar de tener varios antecesores (Saint Seiya, B’tx), aquéllas eran armaduras, aquí los ultra o goku, los kamuis y los COVERS son tal cual ropa de calle.

La animación de Kill la Kill es lamentable
Hay errores garrafales, ejemplos notables de QUALITY, pero en honor a la verdad esto va bien con el estilo épico|cómico que aplican, pues, es a final de cuentas así eran las animaciones de los años 70 y 80.

 

Kill la Kill ha salvado el anime
Primero, ¿de qué?

De esto.

No pos guau.
No pos guau.

 

 

Y de copias de la copia de la copia de la copia, por eso salen luego cosas tan desangeladas como Kämpfer.

Regresemos un poquito en el tiempo, eran tiempos más felices, 2003, hace ya 10 años (aquí es cuando ustedes se dan cuenta cuánto hemos envejecido), vinieron al IPN dos capistotes del estudio Sunrise a darnos una barnizada de cómo se manejaban los negocios allá en el Imperio y nos dejaron entrever que el anime es un negocio y cómo tal, se enfocaba en la obtención de yenes para seguir haciendo cosas padres.

Y fueron muy claros, más que preocuparse por competir en el mercado internacional, a las empresas japonesas de animación les preocupaba, como el buen imperio insular que es Japón, su propio mercado interior.

Luego los tiempos difíciles que estaba afrontando Japón empeoraron, los ninis de allá (los NEET) se volvieron hikikomoris y sus sentidos estéticos se fueron por el retrete junto con sus hábitos de higiene y la productividad del imperio, no había dinero para experimentar, había que complacer al consumidor cautivo, ¿y qué era lo que quería esa bestia? Chicas lindas, en todas clase de presentaciones, haciendo cosas lindas de preferencia.

En este lado del Pacífico de pronto nos sorprendió la notabilísima caída en la calidad del anime que nos llegaba, de pronto la tendencia Moe pasó a ser una inundación de personajes y productos cada vez más genéricos.

Últimamente han surgido muy buenas historias al anime (Samurai Flamenco, Golden Time, Silver Spoon, YowaPeda…) pero en cuanto a originalidad, trama, fuerza dramática, básicamente en todo, Kill la Kill se los lleva a todos de calle a partir de este solo punto: el equipo creativo de Kill la Kill aspiró desde un principio a la grandeza.

Cierto, en la época que Trigger homenajea no existía esa aspiración, supongo que en esos años se era grande o no se era nada.

 

Kill la Kill es basura sobrevalorada
A esto nos referíamos en el primer punto, cuando a la gente le das bazofia acaba sin saber qué es bazofia y qué es un delicado platillo gourmet.

Todas aquellas personas que piensan que Kill la Kill es basura -y que con su actitud acaba haciendo que las personas que realmente amaron la serie no lo expresen en voz alta porque anatema sean- lo dicen de corazón pero se equivocan, ¿qué no es basura en esta época? ¿Series de delicioso ritmo lento en el que logras paladear las imágenes y lo que sienten los personajes por sus meros gestos?, ¿series experimentales en las que los creadores exploran nuevas narrativas y tecnologías de vanguardia?, ¿historias intensas que narran historias de vida con todo el dramatismo que es capaz de tener la misma vida?, ¿y a todo esto qué es Kill la Kill además de un homenaje, una carta de amor, la puesta al día de las glorias del viejo género shounen?

Kill la Kill es la historia de una joven que, partiendo de su tragedia personal, logra recomponer su vida a partir de los retazos con que cuenta y pasa de ser una niña que deseaba vengar el asesinato de su padre a ser la última esperanza de la humanidad y del planeta con la ayuda de sus seres queridos, es decir, se convierte en una mujer completa.

También es la historia de Satsuki, de cómo pasa de ser una mujer rota (literal, sus padres con sus acciones le robaron su infancia) a ser ya una mujer libre, debido a que descubrió entre los suyos la fuerza para seguir adelante (y resultó mutuo, los suyos se sintieron inspirados por su valor y carácter).

Resumiremos.

  • Kill la Kill no es puro fanservice, pues éste sirve a la narración y al mensaje que entrega la historia.
  • El punto débil de Kill la Kill es el desarrollo de los personajes, no la música, y eso se debió a que fue sacrificado en favor de la acción e intensidad de la serie.
  • Kill la Kill es un ejemplo de cómo a partir de parches de otras historias todavía se puede seguir innovando.
  • Kill la Kill salvó al anime de sí mismo al probar que se puede ser arriesgado y obtener ganancias a pesar de ello… ¿o debido a ello?
  • Kill la Kill no es basura sobrevalorada, si pasa a la eternidad dependerá enteramente del final que tenga, pero se las arregla para dar un gran mensaje a pesar de ser por fuera una caricaturesca caricatura.

 

Por lo demás, este jueves que todo termine veremos qué nos harán esos malditos de Trigger, si plantean un final único, liberador o una chapuza como las que acostumbraban hacer en GAINAX.

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