Mostrenco writes, «La Convención de Tlatelolco da un gigantesco salto… hacia atrás.«
Algunos conocidos me han dicho que les gusta lo que escribo en este portal de noticias, pero que cuando me refiero a un evento del Sur de Tamaulipas pierdo por completo la objetividad. Que paso de reseñista a porrista en esos casos con suma facilidad…
Ok, juzguemos lo siguiente: En las convenciones de Tampico hay invitados, no tantos como la TNT o La Mole. Pero proporcionalmente hablando al tamaño del evento sí es mucha mayor la cantidad de invitados en Tampico; lo más que se hace de fila para entrar son 5 o 10 minutos (y me estoy yendo largo, creo); se realizan eventos que no he escuchado siquiera que se hayan pensado en otros sitios: La lucha de botargas, que la tarima de las conferencias sea el motivo por el que se hace el evento, y no la mercancía, sin mencionar la ya mentada obra musical de Sailor Moon que estuvo muy entretenida. Y también admito que cuando voy a Tampico es tal mi sensación de bienestar que eso puede afectar un poco mi visión general de los eventos.
Pero… ¿Podría hacerse una cosa de ésas aquí en el DF? No, de ninguna de las malditas maneras (con el perdón sea de mi amá, que no le gusta que maldiga), la gente del la Ciudad de México es especial. Sufren dos, tres horas para poder entrar a un evento retacado de gente. Durante esas dos o tres horas sufren el sol, que déjenme les digo que el chilango promedio le teme al sol y éste se pone de mal humor cuando siente la dulce caricia del mustio solecito defeño. Luego está que cuando sale al mediodía el mustio solecito defeño solamente puede significar que habrá lluvia. Y hasta granizo tal vez. Luego tenemos a las sabandijas que en lugar de vender boletos se dedican a repartir los formatos de conocida escuela de computación porque “si no lo entregan no entran”. Cuernos, yo entregue ese mentado papel a nombre de Emiliano Zapata, cuyo correo electrónico es seramostrenco_06@hotmail.com y vive en colonia Las Chacas número sepetecientos en la delegación Gustavo A. Madero, y por supuesto quiere que le manden publicidad. Finísimo personaje dicen.
Dentro la situación no es mejor, tenemos el consabido mazacote humano en los pasillos, en los escenarios, en la zona de clubes, en la zona de refrigerios… Los únicos lugares donde no había mucha gente eran las salitas de exhibición de películas. Ahí nos refugiamos un rato para tomar el fresco (la temperatura era más o menos la misma a la que hay en Tampico durante un día nublado en que amenaza lluvia: como 30 grados y una humedad espeluznante). Ahí vi lo que más me llamó la atención: la película japonesa “Dragonhead”. Señores y damitas: Esta cinta, basada en un manga, es la legítima heredera de la glorias post apocalípticas de “Akira”. Una semana después tuve a bien conseguir los dos primeros tomos que publicó Glenat en España y me di cuenta que el manga es todavía superior a la película, y por mucho. Así que si ven ese manga cómprenlo. No hacerlo es una estupidez.
En cuanto a llamatividad, el premio se lo llevo ese procer que se le ocurrió ir disfrazado de Rabí Jeshua, también conocido como Jesucristo de “La Pasión de Jesucristo” de Mel Gibson. Su caracterización fue escalofriantemente buena; tan lo fue, que no lo dejaron participar en el cosplay. Los organizadores juzgaron que al ir disfrazado de ese modo tenía una gran ventaja sobre el resto de los participantes. A modo de premio de consolación lo invitaron a formar parte del jurado del concurso, dando lugar a una escena digna de South Park.
Volviendo al tema, lo que realmente me desagrada de la TNT es la actitud de los aficionados. No van a divertirse, van a posar o comprar. Por fortuna ya no hay piratería más que afuera, pero sí, la TNT es el mercanchifle puro. Además todos se quieren hacer los graciosos (y no todos tienen la habilidad para eso), todos quieren demostrar que tan conocedores son, todos querían que Chocolatito, conductora de Atomix TV, pasara a mostrar las chichis o las nalgas (cosa que no le hizo ni tantita gracia a Chocolatito); todos querían que crucificaran a Rabí Jeshua; todos querían que las chicas que fueron disfrazadas de T.A.T.U ganaran y no se pudo. Mencionando estas últimas situaciones estoy dando a entender que el ambiente no fue familiar en lo absoluto, como el año pasado. No vi una sola familia formada por Papá otaku, Mamá otaku y los chiquitines otakus, caso de la pasada TNT. No, fueron vanas esperanzas nomás… y si la gente se encuentra molesta, cansada, fastidiada por el solecito, la lluvia, los apretujones, el gentío, la mala calidad de los refrigrios, whatever… el resultado es un montón de otakus chilangos que no buscan quién se la hizo, sino quién se las va a pagar.
¿Cómo hubieran reaccionado los asistentes a la TNT 7 a la obra musical de Sailor Moon? Me viene a la mente algo así como la Monumental arrojando carretillas a la grama del Estadio Azteca, gritos de “¡Que se encuere!¡Que se encuere!” o “¡Muestra el c*** p****** vieja!”, que hubo muchos en el concurso de cosplay femenino.
…Y luego el patán es uno. Quién me lo manda navegar por la vida con bandera de mostrenco.
P.D:
Y como queja final: No fueron los de Studio Lithium de Monterrey. Eso sí molesta.
Genio de medio tiempo, sociólogo por formación, linuxero por convicción, el loco tras la idea de seguir con infraestructura en vez de usar la nube, dejó de jugar consolas cuando salió SF2 para SNES, declara que le encanta el diseño de las Mac, pero el costo ni cercanamente, censor vitalicio de lo que se dice en la cobacha.