Godzilla cumple 50

Godzilla cumple 50

Para festejar, y despedirse de la pantalla, en diciembre de este año se estrenará la película número 20 del monstruo, Final Wars

Vanesa G. Toca / Redacción Online
El Universal online
México
Domingo 31 de octubre de 2004

11:58 Hace 50 años, exactamente el 3 de noviembre de 1954, que apareció en Japón un reptil de color gris, 50 metros de alto (aunque la leyenda cuenta que medía 400, al parecer fueron exageraciones producto de la primera impresión) y aliento radioactivo… el mundo aún no se recupera.

Gojira, alias Godzilla, recibió su nombre de la combinación de las palabras japonesas gorila (gorira) y ballena (kujira) y desde que llegó a las pantallas de cine fue uno de los iconos más representativos de la cultura pop japonesa, y de la cultura pop mundial.

Dirigida por Ishiro Honda, esta primera cinta surgió de la idea de Tomoyuki Tanaka, quien al regresar de Indonesia, se quedó mirando al mar y comenzó a imaginar qué era lo que realmente había bajo la superficie. Pronto, reunió a todo un equipo para llevar su idea a la pantalla grande, en los tiempos del blanco y negro.

El personaje se convirtió en todo un género cinematográfico bajo el cual se crearon seres gigantescos, tanto biológicos como mecánicos, que aterrorizaban un mundo siempre cercano a su destrucción.

Con el paso de los años Godzilla sufrió algunos cambios: el color grisaseo de su piel se convirtió en un verde plástico ideal para juguetes y juegos de video; tuvo un hijo, Minya, aunque nadie sabe cómo fue procreado y el terrorífico monstruo dejo de ser tan aterrador.

Godzilla dice adiós

Será a finales de este 2004 cuando la figura mítica del cine japonés se despida de la pantalla grande, con el estreno de su película número 20, «Final Wars», que será una compilación de los trabajos realizados durante medio siglo para poner punto final a su historia.

Shin-Chan: la serie más odiada por los padres japoneses

Haggen writes, « Según una enquesta realizada a 6100 padres con hijos en primaria, la serie que menos les gusta que vean es Crayon Shin Chan.«

Ya que muchos consideran que los contenidos de la serie son poco morales, ridículos y de frecuente mal lenguaje, esto hace de esta serie la más odiada por el 80 % de los 6100 padres consultados (^_^ vaya que si son muchos).
Por otra parte, los padres coinciden en que el contenido de la TV NHK es la que más se ajusta a su idea de buena programación infantil (muchos programas sobre animalitos y animes más light…mientras no sea como Barney).
Como nota personal eso acá también pasa, y para muestra basta el hecho de que muchas cosas o se censuran, o las quitan del aire o nomás no llegan por acá por contener cosas no aptas, milagro que llegamos a ver Evangelion editado porque pensamos que nunca iba a llegar o como cuando se declaró a «Pokémon» que era satánico y se hizo una cacería de brujas contra todos los animes.

Fuente: www.infotaku.com

Para encontarse, primero hay que perderse

Mostrenco writes, «Vienen los Oscar(t.m) chavitos, y hablaremos de una película que está nominada, nos interesa a los otakus y *no* es el ‘Ñor de los anillos.«

A finales del 2003 hubo dos películas que tienen en común varias cosas, pero que son muy diferentes entre sí. Las dos tienen una gran influencia de la cultura japonesa contemporánea, las dos son muy buenas películas y las dos tienen un pelón japonés conocido por sus cuates como “El Charlie Brown”. Una se llama “Kill Bill”, posiblemente la mejor película de acción de la historia; los otakus hemos hablado de ella hasta la saciedad y fue ignorada vilmente por la Academia (de ciencias cinematográficas, no por Yahir, Víctor, Raul, Héctor, Miriam, Estrella, etc). La otra es “Perdidos en Tokio” ( “Lost in traslation”) y está nominada en varias categorías y trata de un asunto muy humano como es la soledad.

“Perdidos en Tokio” trata de esto: Bob es un actor que fue muy famoso en los 70, pero que ahora está en plena decadencia; una empresa japonesa lo contrata por un par de millones de dólares para que anuncie whisky. Bob personalmente preferiría estar haciendo una obra de teatro, pero dos millones de dólares son dos millones de dólares. Llega a Japón, y simplemente no se halla. No entiende la cultura vernácula, no comprende ni el comportamiento de los japoneses ni las motivaciones que tienen para comportarse así. Por si fuera poco, su esposa lo tiene como diría mi apá “paroliado”: Le hace llamadas internacionales al celular, le faxea notas, le envía muestras de alfombra, pues la señora aprovechó la ausencia del marido para remodelar la casa. Todo lo anterior hace sentir a Bob muy mal, completamente prescindible, y durante la noches no puede dormir por estar preguntándose qué cuernos hace en Japón.

Por otro lado tenemos a Charlotte. Se acaba de casar con un chavo que es fotógrafo, y apenás se está dando cuenta de con quién se casó. El chavo nomás no la pela; tiene mucho mucho trabajo retratando grupos de J-Rock y horrores similares, el poco tiempo que él está con Charlotte lo dedica a contarle de cómo le fue en su trabajo, y mal haya de ella si se le ocurre responderle: No sí tú te crees mucho porque estudiaste filosofía en Yale, claro, piensas que los demás somos una bola de imbéciles ¿no es cierto?

Cómo sea, Charlotte pasa la mayor parte del tiempo sola, en la habitación del hotel donde ella y su marido se hospedan (hotel en el que también se hospeda Bob). Por supuesto que Charlotte se aburre y sale a recorrer Tokio. Viaja en Metro, va a las maquinitas, a los pachinkos, y todos esos lugares que nosotros los otakus sabemos qué son gracias al anime y al manga. Pero igual se aburre allí. Y en las noches no puede dormir.

Cuando Charlotte y Bob se conocen, decir que existe una mutua empatía es decir poco. Los dos se sienten del nabo, los dos tienen mucho que decir, lo único que necesitan es alguien que los quiera escuchar. Por esa razón se sienten tan bien uno en compañía del otro. Y entonces comienza la diversión: salen con los pocos amigos que Charlotte ha hecho en Japón al karaoke, a fiestas, a comer, que al “Tokio lucky hole” y despapayes por el estilo (Nota cultural: el Tokio lucky hole es el barrio de los teibols en Tokio, no me pregunten cómo es que sé eso); al regresar al hotel se mandan recaditos por fax o deslizan notas debajo de la puerta de su cuarto, pasan las madrugadas viendo películas mientras beben sake, o platicando de cómo se sienten, qué piensan hacer en el futuro, cuáles son sus dudas existenciales, y sus vivencias personales…

“Perdidos…” podrá aburrir a algunos, básicamente porque no pasa nada, hay muy pocas escenas de acción y está repleta de diálogos; pero esos diálogos son geniales, los personajes están bien delineaditos y el guión es muy inteligente. Quienes no salen muy bien librados en película son los japoneses. La manera en que Bob sufre los hábitos laborales de la gente que está a su alrededor, y el modo en que Charlotte mira a la sociedad japonesa en sus recorridos no es muy halagadora. Los japoneses son retratados como una bola de copiones sin personalidad; un conjunto de alienados que tratan de verse como occidentales siendo ellos más orientales que el Tai Chi. Qué bueno que Yukio Mishima fue cremado, pues de seguro sus cadáver estaría girando como trompo dentro de su tumba. O quién sabe, capaz que sus cenizas están en un reloj de arena.

Ya en el terreno personal por lo menos he conocido dos miembros del staff del AnimeProject que me dicen que se sienten identificados con “Perdidos…”. Yo también he tenido mis momentos de crisis como los que Bob y Charlotte tienen antes de conocerse.

“Perdidos…” tiene varias nominaciones a los Oscar, incluyendo el de mejor película, que es casi seguro que se lo lleva el ‘Ñor de los anillos. Está película es considerada favorita para llevarse el premio al mejor guión original y si la Academia (de ciencias cinematográficas) no le perdona a Sean Penn tantos y tantos años de estar hablando pestes sobre los Oscar, es seguro que don Bill Murray (Bob) suba por el premio al mejor actor.

En fin. Yo no me perderé esta entrega. Veremos que ocurre.

Un anime sacado de la Manga (¿ah, que no era un ensayo sobre Dragon Ball?)

por Víctor Manuel Martinez Martinez. (Vicm3)

El siguiente texto es un mini proyecto escrito a petición de una compañera socióloga para los chavos del CONALEP que querían conocer un poco de trasfondo de Dragon Ball lo reproduzco aquí para ver que opinan, igual y les agrada… los comentarios, criticas, aportaciones, etc. como siempre son bienvenidos.
(4/11/98)

La serie de televisión Dragon Ball esta basada en el Manga (Cómic) del mimo nombre, ahora el manga en Japón no es precisamente como en occidente…

¿Qué tan grande es el Manga en Japón?

Una medida frecuente para la comparación es el Shukan Shonen Jump («Boy’s Weekly Jump»), un «cómic» semanal para chicos, que es para el resto del mundo del manga como fue el Tiranosaurio Rex para los otros dinosaurios; una bestia que domina y ocasionalmente devora a su competencia. La circulación del Jump fácilmente supera los 5 millones (de copias semanalmente!) y recientemente ha llegado tan alto como 6 millones (1996).
Sin embargo distinguir a este monstruo del manga de entre las docenas de otras revistas que son multitud en los aparadores de librerías, tiendas y kioscos del metro es mas o menos difícil, puesto que es muy similar a los demás. Tiene la portada estándar a color, seguida por una pocas paginas a color (principalmente anuncios), la historia líder de esa semana. El grueso del contenido esta impreso en una tinta de color distintivo – anaranjado, amarillo, azul o verde- que hace mas fácil a los lectores encontrar lo que buscan (si es amarillo, debe ser Slam Dunk, si es rojo Ghost Sweeper Mikami, verde I’s, por decir algo). Con 465 pagina el Jump es del tamaño de la guía telefónica de una ciudad promedio y se vende por unos 200 yens – una bicoca que apenas cubre el gasto de impresión.
Para los estándares de los editores occidentales, la Jump es un asunto de migajas. Su audiencia sin embargo, es no solo enorme, ya que cada copia pasa por las manos de, en promedio 2 o 3 lectores, según claman los editores- pero además se extiende desde los chicos de escuela primaria hasta los hombres de negocios ya cuarentones. Entre los anuncios de un numero reciente junto a un anuncio de escuela, se hallaba otro de una fragancia garantizada para volver locas a las mujeres.

Sin embargo Jump no fue la primera en descubrir este formato (tamaño guía telefónica ofreciendo mas de 40 historias diferentes). Shonen Magazine y Shonen Sunday ambas que debutaron en 1959 fueron las pioneras, y por un largo tiempo, las lideres entre las fuertes revistas semanales.

Cuando Jump empezó a publicarse en 1968, sus editores, sabían que no podrían competir mano a mano con los grandes talentos de la industria (es decir la mayoría de los artistas talentosos y de éxito ya estaban trabajando en otras revistas o pertenecían a otras casas editoriales). Sin embargo decidieron por cultivar a los recién llegados, ofreciéndoles contratos a largo plazo, y de esa manera poderlos mantener dentro de la revista aun si después se convertían en artistas de renombre o un hit editorial.

Además, Jump estableció una firme política editorial que continua hasta nuestros días, primero, llevo a cabo una encuesta entre sus jóvenes lectores, preguntándoles 1) la palabra que mas encendiera sus corazones 2) la cosa que ellos creyeran mas importante y 3) la cosa que los hiciera mas felices. Las respuestas fueron Yujo (Amistad), Doryoko (esfuerzo o perseverancia) y Shori (ganar o victoria).

Estas tres palabras, entonces se convirtieron en el criterio para seleccionar las historias, ya fuera de aventuras o humorística, como el editor en jefe Hiroyuki Goto, comento en 1990, en un articulo aparecido en la revista informativa Aera, «Los chicos saben que son iguales en términos de derechos, pero no en habilidad. De diez niños, tal vez uno sea excelente tanto en el estudio como en el deporte, y uno no tenga interés en ninguno. Los ocho restantes, solo buscaran ser mejores en el estudio, o en los deportes… es a ellos a quienes nosotros nos dirigimos, y esas palabras reflejan su actitud, positiva, optimista. En Shonen Jump nosotros no creemos en la estética de la derrota», en otras palabras, ninguna historia sobre perdedores solitarios. En vez de eso la revista ha tendido a favorecer las historias de ciencia ficción (Dragon Ball, Caballeros del Zodiaco -Saint Seiya-, Ghost Sweeper Mikami, Detective Conan, etc.), humorísticas (Dr. Slump) y otros géneros llenos de acción. Para asegurar que los lectores obtienen lo que buscan, Jump incluye una tarjeta de respuesta para el lector en cada numero. Si una nueva serie no inspira lo suficiente a los lectores para escribir su numero en el cuadro de «las tres mas interesantes», pronto desaparece. Con todos los defectos que este Darwiniano sistema pueda tener, ha producido una gran cantidad de éxitos de mercado, como ejemplo tendemos Dragon Ball, Dragon Ball Z y Dr. Slump (todas de Akira Toriyama), que han generado series de televisión, películas, y una bonanza de merchandising (muñecos de peluche, llaveros, plumas, tarjetas coleccionables, etc., etc, etc.)

Así Dragon Ball al seguir la línea marcada por la Jump, nos habla de una historia básicamente de amistad, nos habla de cómo Goku (quien podríamos decir el personaje principal), conoce a mucha gente mientras viaja y de cómo hace amistad hasta con algunos de sus enemigos, punto común de las historias japonesas, donde no se habla de un mal absoluto, pero tampoco de un bien total, los japoneses en ese sentido nos cuentan algo cierto, las cosas nunca son solo blanco y negro, sino una gran tonalidad de grises, lo que nos podría hablar de la motivaciones propias tanto de héroes como de villanos. Mas siguiendo con la línea editorial del Jump, «esfuerzo», la serie también gira en torno a las artes marciales, y aquí podemos ver una formula también repetida en los magas de deportes (y si, se fijan también en el Superman estadounidense) aparece un enemigo nuevo (tal vez hasta con técnicas nuevas o arte marcial diferente), vence a Goku, quien gracias a sus amigos y al entrenamiento (esfuerzo, perseverancia) finalmente logra vencerlo, lo cual viene al parejo con la tercera línea editorial de Jump «victoria», así aun cuando la formula de la serie, es sencilla, nos muestra sin embargo unos personajes muy bien construidos, personajes que pueden dudar, arrepentirse, sentir miedo y aun morir. Todo esto debido a una visión del mundo diferente de los japoneses (no digo que mejor o peor, solo diferente, básicamente debido a que su religión el Shintoismo-Budhismo, no esta ligada con un código moral como la tradición judeocristiana).

Además Dragon Ball como muchas series juega también con detalles chuscos del mismo Japón, por ejemplo el nombre de la raza de Goku, los Saiya-jin, que suena muy raro, simplemente quiere decir persona «saiya» es decir Jin significa persona o habitante de.. así los Namekusei-jin simplemente son habitantes del planeta Namek o personas de Namek, así como un mexicano pasaría a ser un Mekishiko-jin, además a manera de broma el planeta de los Saiya se llama Vegeta (vegetal) y así todos los Saiya tienen nombre de de comida, Goku/Kakarrot (Carrot=Zanahoria), Gohan es arroz, etc.

También la manera de tratar a los dioses, si con minúscula y en plural, puesto que los japoneses son politeístas, es algo que a veces confunde, puesto que ya alguien habrá escuchado por ahí o tal vez leído que Kami-sama equivale a DIOS, bueno esta es una traducción muy literal, ya que Kami, no es para nada algo cercano a la idea occidental de DIOS, y esto lleva en muchas ocasiones a malentendidos, puesto que a veces en la traducción Kami o Kami-sama (Sama significa honorable, así entonces Kami-sama es honorable Kami) es tomado como DIOS.

Kami sin embargo en Japón es la esencia o alma de algo que inspira respeto y/o admiración. una montaña impresionante o una bellísima cascada pueden ser Kami. Un árbol ancestral, una roca de extraña forma y casi cualquier animal pueden ser Kami. Las emociones humanas tales como la furia, los celos, la felicidad también pueden ser Kami. Así cosas abstractas como la guerra, la fertilidad o la misericordia y por supuesto también las personas pueden ser Kami. Así pues el cielo que vemos reflejado en Dragon Ball además de ser una sátira (así como el infierno) de la tradición Juedocristiana, no tiene un DIOS como tal sino diversas representaciones de poder creciente (o autoridad?), por ejemplo Kami-sama, Kaio-sama, Gran Kaio-sama (Dai Kaio-sama), y próximamente en la serie los que aun faltan por aparecer.
Así podemos darnos cuenta de que aunque Dragon Ball y muchas series japonesas tienen un trasfondo mucho mayor, debido a la diferencia cultural que existe, pueden ser disfrutadas por nosotros y sin embargo, muchos chistes y situaciones se nos van por no conocer la cultura a la que se hace referencia, chistes o historias que a nosotros se nos hacen totalmente nuevas o no sabemos ni de donde se les pudo llegar a ocurrir tal cosa, sucede que para los orientales pueden ser realmente chistes e historias viejos, contados de manera diferente, pero que por lo mismo a nosotros nos parecen totalmente nuevos (son cosas viejas, pero nuevas a final de cuentas para nosotros). Finalmente, espero que este pequeño intento, logre apaciguar a la vez que despertar su curiosidad sobre las series japonesas que actualmente se están transmitiendo en la televisión mexicana.

Bibliografía consultada:

Samurai from Outer Space -Understanding Japanese Animation, Antonia Levi, Open Court 1997
The encyclopedia of Japanese POP culture, schilling 1997
Dreamland Japan, Frederick L. Schodt, Stone Bridge Press 1996