La Expocomics Tampico 2003… ¡Y que viva la pachanga!

Mostrenco writes, «El reporte de la Expocomics Tampico 2003, que podría ser considerada ya como la convención más alivianada del país.

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Tardé demasiado tiempo en arreglar este asunto debido a que quiero verme lo más imparcial posible, pues el humor con el que regresé del sur de Tamaulipas hacía que eso fuera imposible. Tuve que esperar a que mis ideas se me organizaran lo suficiente para poder reportar lo vi.

He asistido a las tres Expocomics que se han hecho en Tampico desde el 2001 (una por año), también asistí los dos días de la COVEIC (2001) que es el experimento de convención más extraño que he visto (entrada gratuita, zona franca para la compra / venta e intercambio de comics, un local sumamente inadecuado…) y puedo afirmar sin temor a equivocarme que ésta fue la mejor de todas las convenciones que he visto allá; y una de las mejores que he visto en el 2003, incluso de mi vida.

El año pasado la Expocomics me gustó, dejaba entrever que podía mejorar mucho más y así pasó. Todo debido a que es un evento diseñado para los fans y no para que los vendedores de mercancía y piratería se dieran vuelo. Caso concreto la TNT o la Mole.

Allí no hay tantos vendedores o expositores, hay más stands de clubes e invitados, que invitados hubo varios esta vez: Polo Jasso, creador del Cerdotado y su novia-casi-esposa Nuria Chapa que también le hace a los comics y presentó los 4 tomos de su obra “Arte monos”, una tira cómica que retrata todos los estereotipos que se pueden hallar en una facultad de ciencias y artes de una universidad (y es casi tan divertido como se oye); los del estudio KA-BOOM, la plana mayor; Gabriel Chávez alias “Señor Burns”, quien no quiere dejar convención sin visitar y Lithium Studio de Monterrey, invitados el año anterior, cuando presentaron su cómic “Weakness”, el cual trata de varios jóvenes netamente regios que ganan sus poderes al ingerir leche contaminada con radiación de origen extraterrestre (nota: no es publicidad de la leche Betty) y este año fueron a Tampico a presentar los siguientes tres números, este cómic sí que es pasable y se autoriza su compra.

Todas estas personas estaban contentas haber sido invitadas, el Sr. Burns y los de KA-BOOM de hecho se quedaron un día más para gozar de la playita y del solecito, los de Lithium fueron por segundo año, y creo que seguirán yendo para allá, Polo Jasso y su novia quieren ir a Tampico de vacaciones (bueno, en realidad ella fue quien dijo eso, así que asumo que en efecto irán a de vacaciones). Y ése es otro de los detalles buenos de la Expocomics: a diferencia de las convenciones de otras ciudades más grandes, esta convención no es lo absoluto ese revoltijo histérico de gente que convierte un evento, al cual se supone que uno va a divertirse, en una cosa demasiado tensa.

No hubo una fila del tamaño de la línea 3 del metro para entrar, la histeria fue sustituida por un ambiente mucho más relajado y guapachoso, la facilidad para acercarse a platicar con los invitados fue pasmosa y las típicas bolitas frente a los stands que impiden la circulación de los asistentes por los pasillos brillaron por su ausencia (cosa que sí se dio en la Expocomics del 2001).

A continuación viene el reporte de los eventos:

Dibujo: La ganadora fue una chica de 1 7 años que responde al nombre de María de Lourdes Juárez Castillo (nótese que sí investigue). Ganó con una impresionante acuarela. Tanto su edad como su evidente talento me hacen temer por su futuro. Es una niña demasiado tierna como para que termine sus días como tantos y tantos dibujantes amargados y derrotados por la vida. Ojalá no.

Karaoke: Lo ganó una chica cuyo nombre se perdió en la estática de mi grabadora, pero iba disfrazada de Kagome (Inuyasha) e interpretó una canción llamada “Dame”. Obviamente también participó en el concurso de cosplay, pero no le fue igual de bien ahí. En el reporte del año pasado Jury chan expresó su opinión de que le parece injusto de que participe gente del cosplay en el karaoke. Tal vez; pero hay gente que se las ingenia para pasar por arriba de esta desventaja, por ejemplo el divo que ganó el año pasado. Ese divo quedó tercero merced a la gran porra que llevo uno de los participantes, que ganó el segundo lugar. Me pareció injusto que ese chavo haya ganado ese sitio nomás por la gran cantidad de familiares y amigos que lo apoyaron. Hubo quienes dieron más espectáculo y una mejor demostración que la de este amigo, como una chica que debería de haber estado en “La Academia” de tan bella voz que tiene (tengo la grabación para probarlo), ni siquiera pasó a la final, pero de nada sirve quejarse. Mientras los concursos de karaoke se decidan por aclamación seguirá ocurriendo esto.

Con respecto a la ganadora, puedo decir que fue justo, tenía una voz muy bien domesticada y una coreografía digna de una artista profesional. Enhorabuena.

Cosplay: Más o menos se puede ver quien cantó mejor que quien en el karaoke, pero los concursos de cosplay no son propiamente concursos de disfraces, sino de carisma. Pero en Tampico más que votar por el carisma se vota por la diversión, así que los ganadores son los suelen ser aquéllos que, digamos, “hicieron el ambiente”.

La ganadora de la categoría femenil fue una Sailor Júpiter muy sabrosa, pese a que hubo disfraces mucho mejores (una May de Guilty Gear a escala 1:1, una honorable Arashi de X/ 1999 extraordinaria), pero al menos en Tampico cuerpo mata trapo, de modo que la ganadora fue Sailor Júpiter.

En la categoría varonil fue todavía más notorio esto: no hubo una sola caracterización que fuera realmente buena y el público decidió bendecir con la victoria (nótese la frasecita mamila) a un chamaco que llevó puesta una botarga de Spindel, de Card Captor Sakura.

¿Pero cuál fue realmente el mérito que tenía dicha botarga para ganar? Ninguno, más que el hecho de que todos los demás participantes (y dos que tres miembros del respetable público) tuvieron a bien hacerle bolita en más de una ocasión.

Y ahí estaba, viendo como una de las presentadoras declaraba triunfador a la botarga que estaba en el suelo en calidad de alfombra, preguntándome cosas muy profundas; y es que yo he tenido mis problemillas en el DF por la manera ciniquilla de comportarme, que son muchos si los comparamos con todos los tuve en Tampico, Madero, Altamira y pueblos circunvecinos durante casi 15 años de estar viviendo por allá. ¿Soy acaso un producto de mi entorno?, ¿Tuvo que ver en ello la educación familiar?, ¿Es el agua que bebemos en el sur de Tamaulipas quien tiene la culpa? Eso como mi cuñado pide su cerveza: al tiempo.

Conferencias: Hubo un par, de Estudio KA-BOOM y del señor Burns. Los del KA-BOOM no dijeron realmente algo novedoso comparado con lo que suelen decir en las convenciones del DF (“Tenemos un pique amistoso con los del Taller del Perro…”) y ofrecieron regalos a quienes respondieran sus trivias; el señor Burns por su parte decidió su improvisar su conferencia (cosa que según dice nunca suele hacer), declaró cosas como que el señor Burns no le ha dado nada a él y sí él al señor Burns, cosa que hasta en las entrevistas de TV suele declarar, mencionó que no recibe ni $200.00 por episodio de los Simpson e hizo sus propias trivias, dando lugar a una cosa chistosa: le preguntó a un niño en que canal sale “Historias de la risa real”, programa en el que él es el presentador en off, el escuincle respondió que en el 2. Y es que el canal repetidor de la señal de Azteca 7 es en la zona el canal 2. Chido…

Recapitulando:

Esta edición de la Expocomics estuvo mejor que nunca, y lo mejor es que parece que puede seguir creciendo durante una rato más, no se ve aún el tope. Sigue teniendo leves fallas de logística y organización (esta vez no contamos con un programa de eventos, el auditorio municipal de Tampico me sigue pareciendo un lugar ruinoso para hacer el evento, etc), hace también que hayan más invitados, ojalá pronto sea invitado uno de nivel internacional; pero la idea de que los clubes colaboren y tengan poder de decisión sobre los cómos y los por qués me parece excelente; igual que sólo haya un escenario, cosa que evita que el evento se convierta en un esquizofrénico circo de tres pistas, y que los concursos sean el punto culminante de la convención.

Piratería hubo, es cierto, y hubo poca, mala y cara. Eso fue malo para los chiquillos que querían su dotación de anime barato, o irrelevante, para los que nunca compran en las convenciones.

Un párrafo aparte se merecen las presentadoras de los concursos. Ellas dos fueron de las mejores cosplayers de las primeras dos ediciones, y en el 2003 saltaron al siguiente nivel convirtiéndose en las presentadoras, y entre concurso y concurso amenizaban con unos karaokes de canciones en inglés y/o de anime. El que las chicas sean guapas y le pongan muchas ganas a sus caracterizaciones no necesariamente las hace aptas para conducir un concurso, por más local que sea. Y eso se notó mucho. Yo que soy un locutor con cierta experiencia que se ha tenido que foguear al calor de la revolución tendría algunos titubeos a la hora de estar arriba de la tarima (sin mencionar que el público me repudiaría por mamila), y ellas tuvieron bastantes. Aunque debemos ser justos, la culpa no es de ellas, sino de quien las puso ahí. Pero el buen público conocedor fue condescendiente con ellas, carita mata rollo.

Pero el ambiente, que es lo que hace de una convención algo entretenido, lo hubo. Sin jaloneos, sin tumultos y sin filas. Mientras las Expocomics sean diseñadas para que los asistentes nos la pasemos bien estás serán durante mucho tiempo las convenciones más alivianadas del país. No estaría de más advertirles a los organizadores de la suerte que corrieron las convenciones de Guadalajara. En su momento fueron consideradas las convenciones más alivianadas y ahora simplemente forman parte de la masa de convenciones tumultuosas vende-piratería. Espero por nuestro bien que las Expocomics Tampico logren zafarse de semejante destino y construya el suyo propio alejado del de las demás.

“Happy New Year! (Que como es sabido es el lema de Sherlock Holmes: ‘El tiempo es oro’)”. Enrique Jardiel Poncela

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