lo prometido, pero esto es de ayer, en la noche corrijo y pongo lo que tocaria hoy jejeje
No puedo verla a la cara, me duele mucho lo que he tenido que decir pero es la verdad, o bueno casi es la verdad, en ese momento salgo de la cabina, muy adolorido, me recargo en la puerta sosteniendo mi corazón con la mano, tomando fuerzas, camino por el pacillo, al llegar a unas escaleras, las cuales suben a una terraza al aire libre.
Pasaron horas, yo sigo desde entonces recargado en la baranda pensando en todo lo que ha pasado, tan pensativo que los hermosos paisajes existentes frente de mi eran total mente ignorados. La oscuridad de la noche cubre el cielo y las estrellas brillan, la tercera vez que cumplo la promesa, aun que no estoy de humor para recordar, duele pero es necesario, prueba de nuestra existencia, recuerdo a Wolf que siempre me decía – hay que afrontar con valor y determinación la vida, los que no lo hacen son nadie y los que lo hacen somos triunfadores-, recordando esas palabras trate de decirme – Afronta esta perdida con valor, tienes que resistir – mi cuerpo entumecido, a causa del tiempo que he pasado recargado en esta baranda color dorado a la altura de la cintura, también el aire frió causado por el movimiento de la carroza de acero, a pesar de una pieza que sirve para desviar el viento, aun pega con gran fuerza sobre la terraza, me acerco a una silla que se encuentra a algunos metros, casi al centro de la terraza, cuando pienso en sentarme, Marian sube las escaleras, al verla note que estaba seria y con mirada de tristeza, pero ya no lloraba, Marian se acerca a la baranda, el hermoso cabello es movido por el viento como hipnotizantes ondas, camino titubeante deteniéndome justo detrás de ella, no se que hacer si tocarla o no, mi mano tiembla, no se ni que decir, Marian da media vuelta, viéndome fija mente a los ojos dice – estupido – seguido de esto una cachetada que demostró todo el sentimiento que tenia guardado.
Marian parada frente de mi, espera a que me pare, ya que la cachetada ha logrado tirarme al suelo, una ves de frente a ella inclino la cabeza esperando un segundo golpe, para mi sorpresa con su tersa mano toca mi mentón alzando mi cara y viendo a directo a mis ojos dice – Era necesaria tan directa noticia, pudiste atenuar la situación con un breve divagar – algunas lagrimas mojan los ojos de Marian haciéndolos brillar aun mas, tomando la mano de Marian con las mías explico – Disculpa, pero esta es la primera vez que tengo que dar una noticia de este tipo, aun que también cargo con la culpa de haber dejado morir a mi amigo- Marian regresando a la baranda pregunta – ¿Por que dices ser culpable de la muerte de tu amigo?, ¿Que no fue esta infame guerra la que lo mato? no se ¿Por que la raza humana es tan cruel como para sacrificar a tantos seres vivos tan solo por tierra?- me recargo en la baranda y miro al cielo – no, no he matado a mi amigo, pero fue mi culpa que alguien mas lo matara, salvo mi vida y le estoy a agradecido. A las demás preguntas no tengo respuesta o quizás sea por naturaleza – cabizbajo agrego – o quizás si lo mate yo, fui yo el que le pidió que los dos viniéramos a la guerra, el me dijo que escapáramos, pero mi entupido orgullo fue el que nos llevo a la guerra, todos querían que escapáramos, pero yo necesitaba demostrar que podía servir a mi patria de alguna manera, tonto de mi, ahora cargo con la muerte de mi amigo. No se como les diré a los padres de Wolf que salvándome la vida su hijo a muerto, pero aun mas doloroso será decírselo a su novia Sophie, quien ha sido mi a miga desde niños.- Marian recarga su cabeza sobre el mi hombro y ambos nos quedamos viendo el oscuro horizonte tratando de olvidar un poco las penas.