Notimex
El Universal
Jueves 03 de noviembre del 2005
Calcula la AMIPCI una tasa de penetración en México de Internet del 18.2; la adicción llega cuando esa afición interfiere en la vida cotidiana
Los adictos a Internet podrían llegar a los 30 millones en todo el mundo, sin embargo en México las investigaciones al respecto aun son muy escasas y se limitan a algunos estudios y ensayos que reportan casos anecdóticos.
En entrevista, la Jefa del Centro de Información en Salud Mental y Adicciones (CISMAD) del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente, Sarah García Silverman explicó que en México, si bien el tema se ha tratado mucho en los medios de comunicación las investigaciones aun son muy escasas.
Sarah García explicó que hay estudios que estiman que hay cerca de 400 mil norteamericanos afectados de una población de 20 millones de usuarios de la red, y algunos otros estudios indican que podrían existir más de 30 millones de afectados a nivel mundial.
"En México, la Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI) realiza estudios sobre los hábitos de los usuarios de Internet, y si bien no hablan sobre adicción, las cifras que mencionan son interesantes", dijo.
De acuerdo con las cifras comentadas, en el 2005 la AMIPCI reportó una base instalada de dispositivos con potencial acceso a Internet de 58 millones, se calcula una tasa de penetración nacional de Internet del 18.2, y 17.1 millones usuarios de la red mayores de seis años.
"El tiempo promedio de conexión es de casi dos horas y al investigar el tiempo promedio de Línea por día, el 49 por ciento de los usuarios indicó estar conectado casi todo el día mientras que el 44 por ciento dijo conectarse entre una y tres horas diarias", comentó.
Agregó que sin embargo es cuando el uso de Internet interfiere de un modo significativo en las actividades habituales o normales de una persona cuando puede ser considerado patológico aunque la interferencia sobre los hábitos de vida no es un criterio estable pues varía mucho de una persona a otra.
Algunos Investigadores norteamericanos, indicó, han desarrollado estudios descriptivos acerca de los patrones de uso de Internet y empiezan a referirse al fenómeno como desorden o trastorno de adicción a Internet (IAD por sus siglas en Inglés), uso excesivo o compulsivo de Internet, o uso patológico de Internet (PIU).
"Hasta la fecha este trastorno no se ha reconocido formalmente por los especialistas en el campo de la salud mental.
La comunidad científica internacional aun esta dividida al respecto y unos afirman que la dependencia es real y equivale a otro tipo de conductas adictivas y otros consideran que no hay patologías, sino un mal uso de la tecnología".
Sin embargo dijo, desde hace aproximadamente una década, principalmente en países desarrollados como Canadá, Estados Unidos y España se empezó a hablar sobre un posible síndrome de dependencia o adicción a Internet.
Pero son las evidencias sobre consecuencias negativas aparentemente relacionadas con el uso de Internet las que han llevado a varios expertos a proponer la existencia de un desorden de adicción a Internet.
La adicción llega cuando esa afición interfiere en la vida cotidiana, y se busca esa conducta ya no para pasarla bien, sino para no pasarla mal, esto es, los problemas aparecen cuando hay una imperiosa necesidad de desarrollar esa actividad y se experimenta gran ansiedad si no se lleva a cabo.
La doctora comentó que entre los principales criterios para diagnosticar la adicción a Internet, destacan la tolerancia entendida como la necesidad de incrementar las cantidades de tiempo conectado a Internet para lograr la satisfacción y disminución del efecto con el uso continuado de similares tiempos de conexión.
Además se presenta un Síndrome de abstinencia experimentando ansiedad, pensamientos obsesivos, fantasías o sueños acerca de Internet, movimientos voluntarios o involuntarios similares a los que se efectúan sobre un teclado y malestar o deterioro en las áreas social, ocupacional o cualquier otra área vital.
Se observa además una necesidad imperiosa del uso de Internet u otro servicio en línea, para aliviar o suprimir los síntomas de la abstinencia y el acceso más frecuente a Internet y/o permanencia durante períodos más prolongados de los que se había planeado.
Finalmente destacó que la mayor parte de los recursos disponibles para enfrentar la ciberadicción residen, irónicamente, en la propia Red lo que genera su principal crítica a estos grupos pues se considera tener un grupo de apoyo en la red, es en cierto modo como organizar una reunión de Alcohólicos Anónimos en un bar.
evam
http://www.eluniversal.com.mx/articulos/vi_26266.html
