Te felicito Kikyo pues lo que haces habla de madurez. Para mí, he de confesarlo, me resulta difícil no poder hablar del pasado ya que nuestro pasado es lo que, finalmente, nos hace ser lo que ahora somos. Para mí, la palabra "olvido" es algo casi imposible de lograr -lo que vuelve mi sanación emocional en algo "sufrible", me guste o no-. Sin embargo, creo en poder asumir una lección aprendida, nos duela o no, para seguir adelante con mi propia vida. En efecto, en boca cerrada no entran moscas pero también, cuando algo duele -y duele hasta el fondo del alma-, no podemos dejar de hablar hasta que, finalmente, todo el veneno que no nos deja vivir, escapa por nuestra boca. Sé que una posición así es un arma de doble filo y que, a la larga, puede tener sus consecuencias. No lo desconozco, al contrario, lo acepto, lo vivo y lo sufro si es necesario pero, prefiero sacar a guardar. Prefiero que la gente piense que estoy loca a volverme locade verdad porque no pude librarme de lo que estaba envenenando mi interior. Por supuesto, y aunque no lo logre del todo, trato de ser lo más objetiva posible y también, trato de no ser injusta con el otro -aunque, por lo general, me cueste muchas "despotricadas" sin sentido el alcanzar ese estado de paz interior que busco-. Callar, nunca ha sido una solución para mí; sobretodo, si lo que me obligo a callar me está matando por dentro.
Potnia