DefiniciónEl sexo anal o pedicación es una práctica sexual que involucra el pene y el ano. La inserción de juguetes sexuales en el ano también se considera sexo anal. Su sinónimo "coito anal" no pertenece al habla usual. Tampoco el término "sodomía", más homofóbico y peyorativo
Durante el sexo anal, el pene del macho se introduce en el ano y comúnmente también en el recto de su pareja, sea ésta macho o hembra. Se conoce la existencia de esta práctica entre primates y cánidos, además de en seres humanos.
Es posible también que una mujer penetre analmente a un hombre o a una mujer por medio de una prótesis, que comúnmente va sujeta a su pubis por medio de un arnés.
Condenada por la mayoría de las religiones (tanto por ser una práctica sexual infértil, como por conllevar serios riesgos higiénicos) en los últimos dos mil años, esta práctica ha cobrado un considerable impulso a finales del siglo XX, al punto que en la cinematografía pornográfica las escenas que contienen sexo anal se han vuelto omnipresentes.
En el mundo de la pornografía es actualmente una de las prácticas más demandadas, siendo los emolumentos que perciben las actrices que lo practican notablemente superiores a las que no lo hacen. De hecho, excepto algunas consagradas, una de las exigencias que suelen tener todas las que se inician en el mundo del entretenimiento para adultos es no tener reparos en dejarse penetrar rectalmente.
Hoy en día el sexo anal está considerado una de las prácticas sexuales más extendidas también en las parejas heterosexuales. Reviste el carácter de "vencer la última barrera".
De hecho la pedicación ha sido y es una de las prácticas naturales más típicas para el control de la natalidad, en cuanto coito substitutivo del vaginal.
En el coito anal o pedicación la mujer obtiene en gran medida su placer al ser estimulado el útero el cual frecuentemente es poco estimulado en el coito vaginal. Usualmente la mujer complementa el coito anal con la masturbación clitoridea y la vaginal lo que le resulta en una multiplicación del placer y contribuye a relajarle la musculatura anal con la consecuente facilitación y mejoramiento de la penetración anal. Por otra parte las terminaciones nerviosas excitables en la zona anal-rectal son centenares de veces más numerosas que en la vagina (en el coito vaginal la condensación neural se restringe al clítoris y, eventualmente al llamado 'punto G'); así -si no existen fobias- la penetración anal puede llegar a ser más placentera para la mujer. En el momento en el que la pareja "pasiva" (la persona penetrada) logra el orgasmo, contrae fuertemente la musculatura anal provocando una fuerte presión sobre el amante activo lo que le facilita a este el orgasmo.
El placer procurado por la pedicación o coito anal no sólo deriva de las sensaciones físicas, sino también de las subjetivas ("romper un tabú" por ejemplo) y de una reminiscencia de la fase o estadio anal (según el psicoanálisis).
Sin embargo la mujer frecuentemente se encuentra desde la infancia condicionada para considerar como "negativo" al coito anal, de modo que un intento compulsivo de llevarle a un coito anal puede ser percibido por ella como una especie de violación, de esto se entiende que la relación debe hacerse con el máximo acuerdo posible.
El sexo anal ha sido considerado tabú en muchos países occidentales desde la Edad Media cuando se rumoreaba que miembros varones de movimientos heréticos practicaban sexo anal entre ellos. Aún (2006) la pedicación es considerada delito en ciertos estados de Estados Unidos incluso dentro de matrimonios legalmente constituidos.
En cuanto a la Edad media, en esa época la mayoría de los clérigos cristianos no eran célibes, mientras que las órdenes más elevadas de algunos credos heréticos sí lo eran, lo que generaba el rumor de que su celibato era signo de su atracción a los miembros de su mismo sexo.
Algunos retablos y drolleries medievales en madera retratan a personas realizando anilinguo con un demonio mitad cabra, mitad hombre
Práctica
Contrariamente a la vulva y la vagina, el ano y el recto no segregan lubricación natural que facilite la relación sexual además de no tener una elasticidad que le permita dilatarse naturalmente. Por este motivo cuando se practica sexo anal suele acudirse a la saliva u otro lubricante artificial, para facilitar la penetración, y debe ser practicada con sumo cuidado, al no tener elasticidad es propensa a los desgarros. Se recomienda dilatar o "ablandar" el esfinter anal previamente introduciendo lentamente un dedo en el ano y moverlo dentro de éste.
Excepto durante la defecación, normalmente el músculo del ano (esfínter anal) se encuentra cerrado. Por tanto el sexo anal podría ser doloroso si previamente no se tiene la precaución de distender este músculo (una buena manera sería la realización de juegos sexuales).
El ano contiene gran cantidad de terminaciones nerviosas que al ser estimuladas ocasionan placer, estas terminaciones nerviosas siguen en gran medida la misma vía anatómica que las del clítoris. En el hombre, además, la penetración anal puede estimular la próstata, obteniendo orgasmos más intensos.
La mucosa rectal es frágil y sensible a las infecciones por virus y bacterias. La mucosa absorbe las sustancias depositadas en el recto, fenómeno aprovechado para la administración de medicamentos como es el caso de los supositorios. Esta capacidad de absorción puede ser aumentada involuntariamente mediante una penetración brutal, que puede provocar pequeñas heridas y ocasionar hasta hemorragias. Por tanto, es un terreno propicio para la propagación de enfermedades de transmisión sexual (ETS), como el sida y la hepatitis. En consecuencia siempre se aconseja la práctica del sexo anal utilizando un condón (la pedicación sin condón es también muy arriesgada para el amante "activo"). Si la práctica de la pedicación o sexo anal se efectúa sin condón, en todo caso es -aunque parezca obvio- imprescindible el máximo de higienización del ano y del recto así como del pene en el momento inmediato previo a la pedicación. Si la penetración anal se practica con o sin condón siempre se recomienda que, durante el momento de relaciones sexuales, se efectue luego de toda felación y -sobre todo- luego de la penetración vaginal para evitar infecciones generalizadas a partir de los gérmenes que puedan encontrarse en el ano y recto
Posiciones para realizarloSon varias las posturas para una práctica cómoda del sexo anal, aunque las mismas son posibles para tener sexo vaginal, son las siguientes:
"Griega" (con la pareja cara a cara)
Perrito o Lebrette.
La cuchara.
El helicóptero.
Cabalgando.
De pie
Fuente:
http://es.wikipedia.org/wiki/Sexo_analSaludines