La noche pinta bien hoy...
Toda la familia está reunida en la casa. Mis tíos, mis abuelos, primos y hermanos están sentados en la mesa, esperando mi aparición. La verdad es que no sé si me siento preparada para esto. No es que no me guste, al contrario, esperaba que este día llegara, pero ahora siento que fué demasiado pronto. Tantos años de prepararme psicológicamente para esto y ahora siento mariposas en el estómago y un temor a defraudarlos a todos que no sé si pueda realizarlo sola...
Soy la más pequeña de 7 hermanos y la única mujer. Todos mis hermanos ya lo hicieron, y se nota que lo disfrutaron muchísimo... Yo aún tengo mis dudas... Acaso está bien lo que estoy a punto de hacer?
En estos momentos me encuentro en mi cuarto, sola. Veo mis pies, enfundados en unas preciosas sandalias que son herencia de mi madre. Dice que fueron usadas por todas las mujeres de la familia, Estas sandalias tienen mucha historia. Según mi madre, se remontan a 400 años atrás, cuando nuestra comunidad era grande y poderosa. Ahora nos reducimos a una madoja de personas con delirios de la grandeza pasada. Sí, éramos poderosos y muy temidos por la gente del pueblo, y era tanto su temor que no se atrevían a acercarse a nuestra hacienda. Nos tachaban de demonios. Mi padre nada más se reía ante tales cosas...
Qué será después de esto? Seguiré con mi vida normal, sin problemas? Podré seguir viendo a mis amigas igual? Acaso el "cambio" que dicen que es tan drástico, sobre todo en las féminas de mi familia, me transformará en algo que no quiero ser?
No deseo hacerlo... Pero si no lo hago, papá se enojará mucho conmigo y mamá estará muy decepcionada y mis hermanos no me dejarán nunca en paz. La verdad es que no tengo mucha alternativa... O lo hago o lo hago.
No hay nada peor que una deshonra familiar. Que todos te rechacen por no hacer algo que estás destinada a realizar... Pero es que tengo tanto miedo... Tengo miedo a perderme en todo esto. No puedo siquiera imaginar lo que sucederá si fallo... No es una opción.
Mi madre siempre me apoyó en todo lo que quise hacer. Si deseaba salir, aún cuando mi padre se negaba rotundamente, me dejaba la puerta abierta de la casa y me pedía que regresara temprano, antes de que despertara y se diera cuenta de mi auscencia. Siempre me daba la comida que deseaba. Sabe que a mí nunca me gustaron los berros, y por la misma razón jamás hubo eso en la casa. Han sido muchas cosas las que ha hecho mi madre por mí... Y ahora necesito muchísimo de su comprensión y apoyo...
Pero es algo que no puede darme. No esta noche, cuando menos.
Juego un poco con mis dedos de los pies. Los muevo con rapidez y observo que las sandalis no se deforman. Mi vestido blanco reluce aún más con la luna llena que se filtra por mi ventana... La misma luna llena que verá ese extraño ritual familiar.
- Isabel!- se ecucha la atronadora voz de mi padre desde la planta baja- ya es hora de que bajes! Todos te estamos esperando!
Un escalofrío recorre todo mi cuerpo. Ha llegado la hora...
Tengo miedo.... Mucho miedo. No quiero perder todo lo que tengo, no quiero hacer esto...
Me levanto con mucha lentitud. Las sandalias tocan el suelo alfombrado y no emiten ni un sólo ruido. Respiro varias veces, tratando de calmarme. Al final de cuentas lo tengo que hacer, me guste o no.
Sólo será un momento rápido, un instante... Una noche, no más. Después podré regresar a mi vida en la escuela, poder ver a mis amigas y platicar de cosas banales y sin sentido, como toda chica de 18 años que lleva una vida normal.
Llevo ya un mes encerrada aquí, preparándome para este momento. No sabido nada de ellas. Mi padre me aisló de todo contacto con el mundo exterior. No computadora, no Internet, no teléfono. Ni siquiera una carta hecha a mano o asomarme por la ventana.
Seguramente mis amigas deben estar muy preocupadas por mí... Y cómo no hacerlo, si de pronto me esfumé en la nada y ni siquiera pude decirles que no me verían en este tiempo?
las extraño mucho... Quiero platicarles lo que está pasando, encontrar consuelo en sus palabaras y cariño en un abrazo de ellas... Quiero ver a Adrián, mi novio, mi amado novio que tampoco sabe nada. Seguramente estará muy molesto de que no le he hablado y que no me conecto a Messenger, y ni siquiera un mail le he podido escribir. Acaso ya se habrá encontrado a otra chica durante mi auscencia? No... no lo creo. Adrián es un hombre divino. Jamás haría Nada para lastimarme... Pero seguramente él sí está lastimado. Y lo peor es que no puedo contarle nada de lo que está pasando...
Aparte de que jamás me creería. Cómo creer en todo esto? Quién no me tacharía de loca al mencionarle este extraño rito?
Abro la puerta. El corazón me late deprisa mientras bajo por las grandes y suntuosas escaleras y no puedo evitar preguntarme cuántas generaciones de mi familia no estarían pensando lo mismo que yo mientras descendían por los escalones de mármol cubiertos por una fina alfombra carmín con bordes dorados, recargando su mano deercha en el barandal de roble con oro?
Cierro los ojos mientras bajo para aliviar un poco la presión que se apila sobre mis hombros. No deseo ver nada. No quiero saber nada. Sólo quiero que todo regrese a la normalidad.
No puedo evitar entreabrirlos al terminar de descender.
Todos están de pié frente a mí, esperándome.
- Mi querida familia- comenzó mi padre- he aquí a Isabel, mi adorada hija, que a sus 18 años dejará de ser una cachorrita para crecer y convertirse en toda una adulta. Acompáñenme, por favor, al sótano. seguramente encontrarán interesante la primera vez de mi hija.
Mi madre me toma del brazo. Su expresión es seria y dura, pero en sus ojos puedo observar que le duela que tenga que pasar por esto. Se nota que a ella tampoco le agradó mucho su primera vez.
Se acerca a mi oído y me dice:
"Si empiezas a sentir dolor, cierra los ojosy piensa en otra cosa. No te dejes llevar por la ira que te causará el dolor. Si lo haces, te perderás para siempre".
Bajamos al sótano de la casa lentamente, y cuando llegamos abajo, todos los invitados, mis hermanos y mis padres se desnudaron.
Las antorchas crepitaban y daban un aire macabro al lugar.
En el centro de la inmensa habitación, iluminado por la luz de la luna, había algo... Una jaula... Y dentro una persona que se tomaba con fuerza de los barrotes mientras gritaba pidiendo misericordia.
Era un muchacho de aproximadamente 14 o 15 años de edad. Sus ojos estaban llenos de lágrimas, las cuales recorrían sin control sus mejillas morenas. Su cabello negro estaba despeinado y una herida en la cabeza denotaba inmediatamente que le habían pegado con algo para dejarlo inconsciente.
- Ahora hija, es cuando comienza tu primera vez. Entra a la jaula.
Obedezco sin chistar, y en el momento que entro me dobla un horrible dolor de cabeza. Todos los presentes comienzan un cántico extrañísimo... Y horrible...
Eso me comienza a molestar... Y termina llenándome de furia.
Entre más me enojo, más me duele, y eso me hace enojar aún más.
La transformación en verdad duele mucho... Y es desesperante...
Cierro los ojos, como mi madre me aconsejó... Pero eso no elimina mi dolor... Lo acrecenta...
Cuando abro los ojos, lo veo todo en un color rojo profundo. Mis manos ya no son manos... Son un par de temibles garras que están ávidas de matar... De matar al mocoso insolente que está frente a mí muerto de miedo, gritando como loco... QUE YA SE CALLE EL MALDITO!!!!
Corro hacia él y con un golpe lo tiro al suelo. Mi odio por él es inmenso... EL TUVO LA CULPA DE ESTO!!! EL SE DEJO CAPTURAR PARA DESESPERARME!!!!!
Destazo su cuerpo miembro por miembro. La sangre corre sin control por el piso mientras lo muerdo y lo razguño. Cada mordida me llena la boca con su sangre, y cada garrazo pone mis largas uñas de color rojo...
COMO SE ATREVE A ENSUCIARME CON SU ASQUEROSA SANGRE HUMANA!!!!!
Lo muerdo con mayor fuerza, y de una mordida le arranco la cabeza.
La luz de luna es la testiga de la cruel masacre que acabo de cometer. Mi familia está también transformada, y miestran sus colmillos en son de aprobación.
Cuando regreso a mi forma normal, recuerdo lo que hice y no puedo evitar sentirme... Bien...
Vaya que es divertido matar... Sobre todo cuando eres una mujer lobo y tienes más fuerza que ellos...
Sonrío mientras peinso esto... Me divertiré tanto con mis amigas... Y tendré una noche muy interesante con Adrián...