Javier Matuk
Un domingo por la noche, al estar navegando y buscando nuevos programas para la computadora, de repente me encontré con uno que supuestamente servÃa para llevar un control de claves de acceso y demás datos personales, tanto en la PDA como en la PC. Al descargarlo y hacer clic la adrenalina comenzó a inundar el ambiente... “no pasó nada, no se ve nada en la pantalla... que raro, a ver, otra vez haré doble clic en el Ãcono†Nada. Aparentemente el programa no funcionó. De inmediato pensé en lo peor “es un triste virus... ¡no puede ser!â€.
La palabra genérica virus ya no es muy exacta. Hoy existen infinidad de programas maliciosos que afectan la operación de una computadora corriendo Windows (en cualquiera de sus variantes) y que al final de la historia, siempre termina dando muchos problemas. Ante el hecho de haber corrido un programa y no obtener ningún tipo de resultado en pantalla, procedà a verificar que tuviera la última actualización del software antivirus que uso, el cual, estaba al dÃa. “Ah, debe ser uno de esos programas que meten anuncios, voy a revisarâ€.
Para hacer esto, se pueden descargar varios programas de la red, algunos gratuitos y otros con costo. Usé SpyBot y Ad-Aware. Ambos encontraron lo usual, es decir, decenas de “cookies†o pequeños archivos que algunas páginas de Internet usan para guardar los datos del visitante. La inmensa mayorÃa no son dañinas y, de hecho, son muy cómodas para no estar escribiendo siempre la información de ingreso en los sitios que acostumbra usar. Después de correrlos varias veces, SpyBot no reportó nada más, pero Ad-Aware me dijo que habÃa encontrado “AbetterInternet†y que era un tÃpico programa que muestra anuncios en pantalla, pero además, una vez instalado, tiene la capacidad de instalar más programas sin que el usuario se dé cuenta. Nunca pude eliminarlo por completo. Bajé otro software anti-espÃas, el SpySweeper que detectó más programitas de anuncios y aunque supuestamente con un clic limpiaba todo y dejaba la máquina como nueva, nunca lo hizo bien. Pasaron los dÃas y seguà conviviendo con mis amigos malosos. Norton me decÃa a cada rato que tal programa querÃa conectarse de forma remota, a lo que siempre dije que no, pero después ya dejó de preguntar...
Con el correr de más dÃas, la notebook comenzó a presentar sÃntomas raros. Algunas funciones propias del hardware dejaron de operar, los programas que normalmente tenÃa listos para cargar cuando se arranca la máquina, dejaron de hacerlo, en fin, todo estaba medio raro. Hasta el preciso 10 de mayo, cuando al querer trabajar, el sólo hecho de abrir el programa de correo se tomaba unos cinco minutos... corrà de nuevo los buscadores de maldades y encontraron muchos más huéspedes, pero ya no programitas que ponen anuncios aparentemente inofensivos, sino programas del tipo “ozcppp – Caballo de Troyaâ€. Al leer eso en pantalla supe que todo habÃa terminado. ¡Era el principio del fin! Tardé en hacer un respaldo de emergencia como 5 horas, ya que precisamente los programas malosos volvÃan demasiado lenta la operación de cualquier función... incluyendo la copia de archivos. La restauración de todo me llevó un par de dÃas.
Dicen que después de la tormenta viene la calma... ¿será?. El problema me lo ocasioné yo solito. Nadie me ayudó a darle clic a ese mendigo archivo. Sin embargo, el hecho de usar el operativo con más vulnerabilidad, ayuda a caer en redondo, por más anti-virus, anti-ataques, anti-todo que tenga en su computadora, si el programita es demasiado nuevo, no hay forma de detectarlo y las consecuencias pueden llegar a ser catastróficas. Si hay un buen respaldo y es efectivo, lo que más se pierde son largas horas dejando todo como estaba, pero, ¿si no? Ahà está el detalle. De repente se antoja usar otro operativo, que supuestamente es menos propenso a este tipo de ataques, sin embargo, la curva de aprendizaje y, sobre todo, la poca oferta de software comparable byte por byte con el que se tiene en Windows, hace que tomar esa decisión sea un poco arriesgado. Una cosa es cambiar para probar y “ver que se siente†y otra diferente es hacerlo para continuar con las labores diarias, la presión del trabajo, fechas de entrega y un largo etcétera.
¿Estaré listo para el siguiente ataque? Es decir, ¿moral y anÃmicamente listo? No lo sé. Por lo pronto tendré un par de dÃas para decidir que instalar. Mientras tanto, le recomiendo y casi le suplico: haga un respaldo de su información vital. Nunca me cansaré de repetirlo. Sólo asÃ, a la hora del derrumbe total, lo que perderá es, como yo, sólo tiempo y no importantes datos. Ni hablar, en un mundo ideal estos ataques y demás problemas informáticos no existirÃan, pero, ¿dónde está ese lugar? No lo conozco.
tomado de
http://www.matuk.com