http://www.eluniversal.com.mx/guiaocio/355955.html
Cuando en Francia se publica un nuevo libro de Astérix, las ventas superan el millón de ejemplares. El auge de este personaje, nacido a finales de los años 50 y a quien se le considera abuelo de los cómics contemporáneos, es parte de una tradición de lectura de los cómics o la bande dessinée, que los franceses buscan extender a México.
"Como en México siempre se habla de fomento a la lectura, nos parece que el cómic es un género que puede ayudar a esto, es una ruta, una manera de entrar en el mundo de las palabras, del texto, que es más accesible que otros libros", dice Christian Moire, agregado para la Oficina del Libro de la embajada de Francia.
Hoy en el Centro Nacional de las Artes se inaugurará el Mes del Cómic Francés, actividad que incluye las exposiciones Héroes de papel e Historia del cómic en Francia, conferencias con especialistas y realizadores de ese país, presentaciones de libros y un ciclo de películas animadas. La programación incluye, además, la presentación de la versión en español del primero de 12 tomos de Stéphane Heuet sobre la obra cumbre de Marcel Proust, En busca del tiempo perdido, editados por Sexto Piso.
"No hay malos libros ni malas rutas para entrar en el mundo de la lectura, hay quien dice que el cómic es un género menor, yo no lo creo. Si ayuda a los niños a tener ganas de leer, es maravilloso, este camino hay que valorizarlo, más en un país como México donde sa bemos que es un reto el fomento a la lectura."
Moire destaca que desde el siglo pasado, y actualmente, no hay casa francesa donde no haya un Astérix, un Tintin o Spirou, o alguno de los libros de Jean Giraud, el dibujante francés más prolijo del siglo XX.
"La bande dessinée siempre está presente en los libreros, es parte de la vida cotidiana, cuando vas de vacaciones, cuando llueve, tomas una bande y la lees. Es algo que todos hemos tenido."
El programa, que es una iniciativa del embajador francés en México, Alain Le Gourrierec, persigue motivar a los editores nacionales a traducir cómics franceses, puesto que en la actualidad son muy pocos los títulos de este tipo que se distribuyen en el país, reduciéndose básicamente a Astérix y Tintin (que es de origen belga), pero son muchos otros los autores clásicos y contemporáneos que han creado este tipo de publicaciones.