No es para levantar mi ego... En serio, pero decidí separar las hitorias que puse en un solo posteo para que los demás tengan ooportunidad de leerlos y así puedan darme sus opiniones (ta bien.... tal vez un poco de ego...¬¬u)
A os que no hayan leído esta historia, permítanme explicarles un poco del orígen de esta.
La escribí una tarde solitaria en mi casa, cuando tenía nada más 17 añitos.
Espero la disfruten^^
El día más importante de tu vida.
Te da miedo, estás paralizado. Tu mente se confunde más cuando ves la puerta justo frente a tí. Respiras como te enseñó tu madre para controlar tus nervios: inhala por la nariz y exhala por la boca. Lo haces repetidamente, pero parece no dar resultado alguno. Dentro de unos momentos harás algo que nunca pensaste que lo harías, y, si alguna vez lo imaginaste, creíste que tardarías mucho tiempo en realizarlo.
"Este tipo de cosas " te dijo tu padre "Son las que te hacen hombre, hijo"
No puedes recordar ni cómo te llamas. Tus manos sudan constantemente y la frente parece una catarata de agua que cae rítmicamente a tus párpados y nariz.
Pero, de repente, recuerdas la razón por la cual estás aquí, parado, en este mismo instante y pensando en echarte para atrás. No puedes retractarte, ya es muy tarde. Todos aguardan a que entres.
Por fín consigues sacar fuerzas de la flaqueza. Estás dispuesto, te has preparado más de un mes para lograrlo, y un sentimiento así no te va a reprimir.
Abres la puerta, pero tus nervios te traicionan y la empujas un poco más de la cuenta, haciendo que esta se estrelle levemente con las paredes. En ese momento cierras un ojo, mostrando pena. No esperabas que fuese a pasar esto.
Cuando observas alrededor de la sala, notas que está llena de gente. Hay caras que conoces de años, algunas de hace poco tiempo, y otras que en tu vida habías visto. Todos se vuelven a mirarte, y los que están sentados giran el cuerpo para poderte ver mejor.
Tus piernas flaquean. No sabes por cuánto tiempo más puedan aguantarte. El sudor emana de todos tus poros, y agradeces el haberte puesto mucho desodorante en la mañana.
Das un paso hacia el frente, y luego otro. Te sientes como robot, todo trabado y rigido mientras avanzas hacia el frente, hacia donde te tienes que parar.
El camino hacia allá parece como si se alargara. Ves todo como a través de una botella. Te das cuenta el porqué. Lágrimas se agolpan en tus ojos, y tú luchas desesperadamente por evitar que escurran por tus mejillas mientras continúas caminando hacia allá.
No sabes por qué lloras. Piensas que podría ser por felicidad, o tal vez por nervios, o será orgullo?
Cuando llegas por fin al lugar donde se supone debes estar, te das la vuelta girando sobre tus talones. Cientos de ojos te miran fijamente mientras sacas un pequeño pañuelo de la bolsa interior del saco y limpias tu frente ligeramente, y al tú darte cuenta te limitas a decir en un murmullo levemente comprensible "lo siento, hace calor aquí, ¿verdad?"
Los poco que alcanzan a escuchar tu comentario sonríen más por compromiso que por otra cosa, y tú lo notas inmediatamante.
Pones tus manos detrás de tí, mirando disimuladamente todo a tu alrededor, tal vez para encontrar a alguien que te apoye con la mirada. Te das cuenta que muchos sonríen y te saludan con la mano. Eso te da tranquilidad, ellos están aquí, apoyan tu decisión.
Te quedas quieto por cinco minutos, que para tí son una eternidad, y comienzas a divagar. ¿Habrá pasado algo? ¿Qué sucede? ¿Y si no es lo que quiere?
Justo cuando pensaste que todo estaba perdido, gracias a tu mente catastrófica, las puertas se vuelven a abrir y aparece un ángel vestido de blanco. Su aura llena tu corazón de tranquilidad y harmonía, y cuando comenzó a caminar hacia tí, te diste cuenta de la verdad. Toda tu vida esperaste este momento, tu existrencia fué precísamente para llegar aquí y poder ver a ese ángel vestido de blanco.
Comienza una tonada que resuena en tu cabeza, pero no estás prestándole mucha atención. Tienes todo tu ser direccinado hacia ese ser. No te das cuenta que un hombre se planta detrás de tí y sonríe al ver la escena. Pasa tan a menudo que a veces olvida que este es el día más importante de tu vida.
Cuando llega a tu lado, el ángel sonríe a través del velo que le cubre el rostro, pero sabes que siente exactamente lo mismo que tú. Por fin había llegado el momento...
- Hermanos y hermanas, estamos reunidos hoy ante Dios para...
Podrá ser que así sea el día más importante de tu vida? Nunca lo sabrás si no lo intentas...
