Mis manos tiemblan un poco y el sudor me empapa la espalda, pero en cierta forma me siento aliviado; todo acabara aqui, para bien o para mal, ya no tendre que estar cargando con esto.
Finalmente creo que era inevitable, de todas formas la vida siempre se puede acabar en un instante, nunca podemos saber cuando sera la ultima batalla, y yo tome la decision de pelear cada una como si fuera la ultima.
Es eso lo que me tiene aqui, en este instante decisivo, cuando mi destino es algo ya fuera de mi control, dependo de la suerte y de lo que digan cinco pedazos de carton; si me toca en este momento no hay manera de retrasar la hora señalada.
- Muy bien Santos, veamos que es lo que tienes.
-Tercia de reinas, Cruz.
Es demasiado baja mi mano, solo un milagro o la mala suerte de este tipo podrian salvarme.
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Bueno, por lo menos mi familia podra pagar el funeral con el dinero que nunca le pague a estos imbeciles mafiosos, asi todos quedamos a mano.