EXAMEN GENERAL DE CALIDAD PROFESIONAL PARA EL
EGRESO UNIVERSITARIO
El día 17 y 18 de noviembre del año pasado,
los rectores de las instituciones de educación superior pública
y privada, agrupados en la Asociación Nacional de Universidades
e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), se reunieron en
Oaxaca con el Secretario de Educación Publica, Limón Rojas,
y acordaron someter a los órganos de discusión en cada institución
educativa del país la propuesta de incluir un Examen General de
Calidad Profesional (EGCP), por carrera y a nivel nacional, como requisito
previo a la titulación.
En esa misma reunión, se designo a una institución
privada, el Centro Nacional para la Evaluación de la Educación
Superior (CENEVAL), para que elaborara y aplicara dicho examen a partir
de un criterio global del Sistema Nacional de Evaluación y Acreditación
que ya venía trabajando, sin tomar en cuenta la diferencia entre
los diversos planes y programas de estudio existentes en todas las universidades
del país, así como de sus necesidades específicas
en cada zona geográfica.
El examen, que tendrá un costo de hasta 500
pesos, pretende medir en aproximadamente 300 preguntas, el desempeño
de los alumnos en sus cuatro o cinco años de actividad académica,
lo cual no refleja en realidad el verdadero conocimiento adquirido, pues
además, éste busca evaluar los conocimientos básicos
o indispensables para cada carrera, alejándose totalmente de la
práctica profesional en el campo de trabajo, que requiere conocimientos
más específicos.
Debido a esta situación, la Universidad Autónoma
Metropolitana ha realizado diversas actividades para informar a la comunidad
universitaria sobre las características de dicho examen, así
como de sus implicaciones tanto a nivel universitario como en el ámbito
social. En este sentido, la Unidad Xochimilco de esta Universidad, acordó
llevar a cabo un ciclo de conferencias para discutir los aspectos específicos
del EGCP.
SINTESIS PUNTUAL SOBRE LAS CONFERENCIAS REALIZADAS
EN LA UAM XOCHIMILCO LOS DIAS 17 Y 18 DE MARZO CON MOTIVO DEL EXAMEN GENERAL
DE CALIDAD PROFESIONAL
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La evaluación es independiente de los conocimientos
tal y como fueron adquiridos por el estudiante, y no toman en cuenta la
realidad específica de cada modelo institucional, ni la diversidad
de funciones sociales que las universidades tienen en cada región
del país. Lo que se pretende es hacer una estandarización
del conocimiento educativo para tener una distribución de recursos
financieros más controlada y planificada.
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En ningún documento sobre los mecanismos de evaluación
propuestos se específica que su implantación incida en el
mejoramiento de la calidad de la educación; basta recordar que desde
la puesta en marcha de tales instrumentos en 1982, no se han dado mejoras,
por ejemplo, en la eficiencia terminal de la educación superior,
que continua siendo de alrededor del 56%, porcentaje que no se ha modificado
en 20 años.
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El Examen Unico nacional por profesiones tiene un doble
objetivo; por un lado, pretende evaluar a los estudiantes para orientarlos
en el mercado laboral con el perfil requerido por las empresas, y por otro,
de manera indirecta, evaluará los programas de estudio que preparan
a esos estudiantes, y con ello, asignar un mayor o menor financiamiento
a esa institución educativa, que es en realidad el problema de fondo.
Es pues, una política que pretende reducir paulatinamente el subsidio
federal hacia las instituciones públicas de educación superior:
de 1982 a la fecha, el presupuesto destinado a la educación publica
se redujo en un 40%, desde ese mismo año, el sistema de evaluación,
bajo criterios desconocidos, determina el financiamiento federal para las
universidades.
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El Examen Unico atenta contra la Autonomía Universitaria
en el sentido de que, por una parte, se esta dejando a una institución
privada y ajena a la actividad y problemática educativa, evaluar
la formación académica de los estudiantes; y, por otra, será
esa misma institución la que expida el documento de acreditación,
lo cual hasta el momento es anticonstitucional, pues el papel de acreditación
es relegado a las propias universidades en nombre del Estado, según
el Artículo 5 Constitucional.
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Otro impacto será contra la libertad de cátedra,
pues al exigirse tal examen en un primer momento como requisito para la
titulación, y posteriormente -que es el objetivo principal- como
necesario para acceder al mercado de trabajo -la empresa ICA ya esta exigiendo
la aprobación del Examen Unico para la contratación de su
personal-, se obliga al profesor y a la institución universitaria
a preparar al alumno, ya no sobre su programa de estudios particular, sino
sobre el temario propuesto en la guía para presentar el EGCP, ya
que también esta en juego el financiamiento de la institución
educativa.
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Al medir ese Examen Unico sólo lo "indispensable",
se ve muy limitada su efectividad para el mejoramiento de la educación
nacional y para reflejar el desenvolvimiento del egresado en la práctica
social, pues no se consultan conocimientos específicos, sino generales;
no hay entonces una aplicación práctica de ese conocimiento.
Es una forma muy simplista de reducir el cumulo de conocimientos adquiridos
durante los cuatro o cinco años de la carrera. La evaluación
esta organizada para medir resultados, más no procesos.
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El CENEVAL, entidad privada encargada de la evaluación
y certificación, además del subsidio que recibe del Estado,
cobrará de 200 a 500 pesos por cada examen -el alumno tiene tres
oportunidades para pasarlo-, con lo cual se creara, en un futuro no lejano,
una institución autofinanciable. En 1996, el remanente del CENEVAL
por la aplicación del Examen Unico al nivel medio superior fue de
139 mil pesos, y esta cifra aumento a 1.3 millones de pesos en 1997.
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Existe una propuesta de modificación al Artículo
5 Constitucional y a la Ley de Profesiones, en el sentido de aplicar cada
5 años los exámenes estándar de práctica profesional;
lo cual, indudablemente impactaría en las relaciones laborales,
pues se perderían las políticas de tiempo completo, plazas,
y por antigüedad, por las obvias razones de inestabilidad del personal
en el puesto de trabajo arriesgado cada cinco años. Al haber pocos
empleos, se pretende repartirlos bajo una selección cuantitativa
de la capacidad de los hombres, más no de carácter cualitativo.
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La propuesta del Examen Unico, que nunca tuvo la voz de
los estudiantes, profesores y trabajadores para su formulación,
deberá ser presentada por cada una de las rectorías universitarias
a los órganos colegiados para su aprobación legal. Cabe destacar
que si el EGCP se aprueba en todas las universidades, o en la mayoría
de ellas, será un requisito indispensable para acceder al mercado
de trabajo.
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Finalmente, esa reforma educativa, a partir del Examen
Unico de Egreso, buscaría generar un sólo perfil del sistema
educativo nacional valuable por puntos que den al Estado y a las empresas
un indicador de la formación académica de los estudiantes,
y poder poco a poco, orientar ese perfil a los interese económicos
de los grupos de empresarios. Se trata pues de incrementar la productividad
del trabajo mediante la formación universitaria, pero en beneficio
exclusivo de unos pocos, haciendo de las universidades unas maquílas
de trabajadores útiles para las empresas nacionales y extranjeras.
FEUAM ----------------------------------------------------------------------------------
ERUB