El yuri definitivo

Cover of the autumn 2004 issue of Yuri Shimai,...
He aquí la portada de la edición del otoño de 2004 de la Yuri Shimai, la portada es de Reine Hibiki, la dibujante del manga de Maria-sama ga Miteru (tomada de Wikipedia).


Desde que me enteré que el yuri, o también llamado shoujo ai, es un género en sí mismo, nos hemos dedicado a seguir las historias que han surgido dentro de esta temática, y lo he hecho siempre asegurando a sus detractores que el yuri poco o de plano nada tiene que ver con el hentai.

En estos tiempos recientes he notado que la tendencia en el shoujo ai es volver las cosas más descaradas, menos sutiles, todo ello desde la recordada Maria-sama ga miteru o La virgen María te está observando, serie en la que comienzan a haber personajes de apariencia 100% femenina pero de personalidad más bien masculina, eso cuando el canon del género era poner mujeres masculinizadas, pero definitivamente de psique femenina. De esta clase de series la más extrema había sido Strawberry panic, en la que no había ni un solo personaje hombre, pero sí había personajes masculinos. Y digo que había sido la más extrema porque salió otra que va más allá todavía: Shoujo sect, innocent lovers.

La serie fue creada por Ken Kurogane y publicada primero como manga en una revista Comic MegaStore que es una publicación cuyo target son jóvenes ya mayores de edad (seinen). Termina justo a los dos volúmenes, lo cual a su vez daría suficiente para que el estudio Amarcord hiciera tres pequeños OVA (ya es raro en estos días que haya OVA de nomás tres capítulos, al menos en este lado del océano).

La historia es ésta: Shinobu Handa es una morra sumamente popular entre la banda de la escuela privada para mujeres a la que va, pero lo es por su sex appeal, ha tenido onda con una buena cantidad de compañeritas suyas y por si fuera poco tiene de amantuca fija a una morenaza de fuego que además es una quiniela entre mejor amiga y secretaria particular, pero ella no es feliz porque está enamorada de Momoko Naitou. Este amor que ella siente se fraguó desde la infancia, cuando se conocieron jugando en el parque… sí, así de ridículo, pero qué le podemos hacer.

Todo lo que pueda decir de este OVA en sí sale sobrando, pues la trama es demasiado pequeña como para que cometa la salvajada de contar de qué trata.

Yo ya personalmente me fastidié de leer en revistas como Conexión Manga y otras por el estilo detalles de la serie, cuartillas y cuartillas; un río de tinta y de caracteres, dedicados únicamente a contar la trama –que es algo que nosotros como espectadores también podemos hacer- y muy poco o nada de análisis. Por eso mismo, ¿quieren saber los detalles? Véanla; ¿quieren saber por qué la recomiendo y por qué considero esta pequeña serie el yuri definitivo? Sigan leyendo.

Primero: esta serie es para mí el yuri definitivo porque hace algo que nadie había hecho antes, convertir a todos los personajes, incluyendo los de relleno, en lo que Tom Wolfe llamó en su novela Todo un hombre “hombres con tetas”: mujeres completas, en este caso jovencitas de prepa, con personalidad y psique 100% masculinas. Tengo entendido que en las escuelas privadas para nada más un solo género se da el fenómeno de los “gays de cárcel”: A falta de miembros del sexo opuesto me consuelo con algo o alguien, pero tenía entendido que ese fenómeno no era tan extendido en las escuelas para mujeres y aquí prácticamente todas andan con todas, y como es un serie hentai (tal cual, las escenas de intimidad son explícitas) pues ya se imaginarán.

Ok, todas andan con todas, ¿y eso qué?, bien podrían decirme; las universidades gringas son así o quizá pior, y no por ello las gringas que están en las universidades de su país son “hombres con tetas”. Mas respondo, aparte de ese detalle está la personalidad de las dos protagonistas y varios de los personajes secundarios.

Honestamente, yo no conozco aún alguna mujer que le dé vuelo a la hilacha con singular alegría a pesar de tener el corazón roto, al menos no como lo hace Shinobu Handa: es una exhibicionista, una importamadrista y una vivalavirgen de primera que se deja querer por sus admiradoras y por sus allegadas, alimenta el autoestima de sus queridas y va por la vida regalando amor a quien lo pida. Por si fuera poco va a la escuela portando, en lugar del moñito reglamentario de la escuela, una corbata de nudo simple tamaño “lengua de vaca” del mismo color del moñito del uniforme.

Ella se la pasa buscando salones vacíos y otras zonas descampadas de la escuela (como las azoteas) para simplemente tirarse y dormir. Tampoco conozco muchas mujeres que hagan eso.

Pero lo verdaderamente canijo es su reacción ante el amor y el desamor, sino explíquenme este parlamento:

-Shigure Komai (estudiante mayor que Shinobu y amiga de las que no clavan con ella): Oye, ¿te puedo preguntar algo?

-Shinobu: Pregúntame lo que quieras.

-Shigure: ¿Cómo puedo arrancarme del pecho un mal amor?

-Shinobu: Hmmm no, pues mira, antes que destruir ese amor deberías destruirte tú para liberarte del dolor…

¿Ven lo que digo? Eso bien pudo haberse dicho en el Tenampa y nada hubiera estado raro, y sin embargo quien lo dijo fue una puberta japonesa a otra puberta japonesa. Más tarde sabríamos que el amor que Shigure quería arrancarse del pecho era el que sentía por su hermanita menor, pero no es relevante para la casi inexistente trama.

El otro personaje protagonista es Momoko Naitou, la clásica mujer cerebro que hace de todo y lo hace bien y que nomás le falta vender mole los domingos. Ella cree que Shinobu es una cábula de primera, de esas que nomás andan checando a quien se encaman, por supuesto no es así, Shinobu antes que procurar su propio placer lo que busca es el crecimiento de sus muchas parejas para que ellas, más tarde y ya sin ella, puedan andar por sí mismas por la vida, pues ella se considera, más que una reina a la cual adorar, alguien que habrá de enseñarle a sus parejas cómo llevar una vida más feliz, aun cuando ella misma no lo es.

Teniendo ese fin en mente ideó la organización de su casa de estudiantes, de la que es líder de facto y donde de pasada ocupa junto con su secretaria particular el desván, el cual acomodaron como si fuera un penhouse.

Hagamos un alto aquí. ¿Notaron que en realidad todas las preocupaciones e intereses de Shinobu son bien masculinas? Una mujer cuando está enamorada elige alguna de estas sopas: o bien se erige en protectora de su pareja o se deja proteger por su pareja.

Shinobu no considera estas opciones y mejor prefiere nutrirles el orgullo para que puedan andar en caso de que ella ya no esté con ellas. Algo masculino por dondequiera que se le mire.

Les voy a dar un detalle todavía más escandaloso y que de al tiro es lo más inesperado. En todas sus relaciones, en el momento en el cual dos (o más) cuerpos se enfrentan detrás de una puerta cerrada, es ella quien la mayor parte de las veces asume conscientemente el papel pasivo. Generalmente lo hace no porque lo sea, sino porque es ella quien desea complacer a sus parejas y es ella además quien se acopla a la personalidad de su amante en turno al mejor estilo de Genji, el protagonista de Genji Monogatari.

Con tantas referencias así, no me resulta raro que los fansubbers se la pasen desafiando a Youtube poniendo sus trabajos de esta serie sin censurar. Yo vi los tres OVA fansubtitulados al español en una sola noche y cuando traté de buscarlos me di un frentazo al ver que habían sido suprimidos por violaciones a las cláusulas de contenido de youtube, pero los fansubbers siguen subiendo fragmentos o partes de la serie que todavía van en contra de las cláusulas de contenido de Youtube. Luego me pasé a un sitio llamado Megavideo y ahí estaban los tres OVA fansubtitulados al inglés.

Pero entonces, ¿por qué es el yuri defintivo? Porque ya no veo hacia dónde pueda seguir avanzando este género, Shoujo sect es el pico del cual ya no pasará el yuri al ser una historia que igual enternece a las mujeres por la devoción que Shinobu muestra a Momoko que igual logra que los espectadores masculinos sientan una identificación inmediata con una muchacha que bien podría ser uno de nosotros, sin mencionar el hentai, que no es poco ciertamente.

Reúne en una sola exhibición lo que le gusta a los fans del yuri tanto hombres como mujeres, se hace justicia al reconocerlo, pero sin perder de vista que eso se logró mediante chapuzas. Pero al final de cuentas eso se disculpa pues incluso dentro de la inverosimilitud de los personajes, éstos son consistentes y sí llegas a creer que de verdad puede haber mujeres así, digo, uno nunca sabe.

La animación no es mala, pero para un OVA de 3 capítulos hubiera esperada algo mucho mejor, como Candy Boy, ya que estamos hablando de yuri y wincests, que al ser unos episodios muy cortos de tamaño sí sacan una animación de mucha mayor calidad, pero sin hentai. Bu.

En fin, gocen de esta serie que ha logrado juntar en muy poco tiempo una sólida base de fans que ya la incluyen dentro de los clásicos, junto a Utena y Oniisama e.

Lástima que después de esto únicamente esté el abismo.

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